Hello

La Humanidad lleva muchas décadas enviando señales de radio al espacio, bien sea intencionadamente o no, aunque la mayoría son tan débiles que se pueden confundir con ruido incluso a unos pocos años luz de distancia. Además, el Universo entero también genera señales de radio - y muchísimo más potentes que las generadas por nosotros. Entonces, ¿cómo podemos enviar una señal de radio que destaque claramente por encima del ruido del Universo?

Nuestro mensaje de radio interestelar contiene una sección inicial, a la que hemos llamado, simplemente, 'Hello' ('Hola'), diseñada específicamente para llamar la atención a quien esté escuchando. Para entender su diseño debemos tener en cuenta que la inmensa mayoría de los 'sonidos' del Cosmos son señales bastante constantes, con suaves variaciones en su amplitud o frecuencia. Hay una excepción, los objetos estelares llamados 'púlsares', que generan unos pulsos de radio con una cadencia muy constante, como si se trataran de un faro interestelar.

Para evitar que nuestra transmisión se confunda con alguno de estos fenómenos naturales, hemos diseñado un mensaje que contiene elementos totalmente artificiales que además ya proporcionan información básica sobre nosotros. Concretamente, en la sección inicial de nuestro mensaje usamos dos frecuencias de radio distintas para codificar una cuenta numérica de números primos (números sólo divisibles por sí mismos y por 1). En realidad, nuestra transmisión de radio está compuesta de pequeños pulsos de radio, alternando una frecuencia fija con un silencio. Nos lo podemos imaginar como si fuera una luz intermitente que, cuando está encendida, puede ser verde o roja. Pues bien, nuestro 'Hello' empieza con una sola pulsación en verde y una en rojo (con un 'apagado' intercalado); luego, dos verdes y dos rojas; luego, tres verdes y tres rojas; luego, cinco verdes y cinco rojas, etcétera. Esta cuenta sigue progresando con los siguientes números primos: 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29... hasta 137.

Esta alternancia entre frecuencias (que serían nuestros 'bits' de información) empieza con una cadencia relativamente lenta (para los estándares de comunicaciones terrestres), con 16 mili-segundos entre pulsos consecutivos. Una vez llegamos a la cuenta de 137 pulsos en 'verde' (o '1') más 137 pulsos en 'rojo' (o '0'), volvemos a empezar pero con una cadencia el doble de rápida, y contando desde 1 hasta 193. Ningún fenómeno natural es capaz de generar una señal así, con lo que nos aseguramos de llamar la atención a quien esté escuchando. Además, ya estamos proporcionando tres conceptos: los 'bits', los números y los números primos.

Nuestro 'Hello' termina con un cuarto concepto necesario para entender el resto de mensaje: una cuenta numérica en formato de 'bytes' (bloques de 8 bits). Esto es, empezamos transmitiendo 8 pulsos en 'rojo' (es decir, 8 'ceros' binarios: '00000000'). Esto corresponde al valor numérico '0'. Continuamos con el valor '1', que se codifica como '00000001'. Luego el '2', que es '00000010', y continuamos hasta el máximo valor codificable con 8 bits: '255', codificado como '11111111'. Con esto, ¡los extraterrestres ya están listos para entender el resto de nuestro mensaje!